jueves, 18 de febrero de 2016

Vías periféricas

Canalización venosa periférica (fundamentos y técnica de colocación)

Introducción:
El uso de la vía venosa periférica con catéter se ha generalizado en la asistencia sanitaria hospitalaria hasta el punto de que casi la totalidad de pacientes son portadores de uno o más catéteres venosos. La seguridad del paciente como prioridad en los procesos, es la base de la atención sanitaria, sin olvidar la seguridad de los profesionales sanitarios.
Su utilización es imprescindible en la práctica de enfermería actual, y su uso se ha generalizado. Dichos catéteres son aplicados en los pacientes desde el primer día de vida hasta los más longevos, con inserciones anatómicas en zonas muy variadas y duraciones de amplísimo rango, según las áreas asistenciales y patologías presentes concretas. Su utilización está indicada para la administración de medicación, líquidos, sangre o sus productos derivados, alimentación parenteral y controles hemodinámicos en pacientes graves. Conocemos a través de diferentes estudios y publicaciones la prevalencia de vías vasculares insertadas en los pacientes ingresados: el 45% está con vía periférica; el 5,5% con caté- ter venoso central; 4,0% con catéter central de inserción periférica; y el 2,5% con catéter de nutrición parenteral total (NPT). Esto permite extrapolar su interés clínico, de enfermería, de gestión clínico asistencial y humanización, así como el especial interés de los criterios referidos a aplicaciones técnicas de inserción, mantenimiento, atención permanente y de la prevención de fenómenos adversos entre los que citamos las infecciones locales y sistémicas con ellos relacionadas.
Se aplicar el tratamiento cuando éste no tiene una agresividad importante, ni en el tiempo, ni por las sustancias a infundir. Siendo el criterio general que catererizaciones que se prevén por encima de seis día se utilice vía central, estas recomendaciones en la práctica no suelen utilizase ya que las vías periféricas van a resolver la mayoría de las necesidades de administraciones endovenosas, de los pacientes.
Definición:
La canalización venosa periférica consiste en la inserción de un catéter de corta longitud en una vena superficial con fines diagnósticos y/o terapéuticos
Que es un Catéter venoso periférico?
El catéter es una sonda o un tubo plástico corto y pequeño,  que se coloca a través de la piel dentro de una vena.
Es un dispositivo compuesto por un catéter de teflón que en su interior tiene una aguja con la punta en forma de bisel para la perforación de la piel y de la  pared de la vena.
En la parte posterior del catéter (teflón) tiene un cono plástico que es donde se conectará el perfus para la administración de los líquidos.
La aguja en su parte posterior, cuenta con una cámara transparente que nos permitirá ver el ingreso de sangre indicándonos que el catéter está en vena y un tapón que no permite que, cuando la cámara se llena de sangre, se derrame.
Abbocath 1
Tamaños de catéteres:
Los calibres suelen medirse en Gauges (G) cuyo valor es inversamente equivalente al grosor de la aguja y a su longitud. Las medidas van del 14 al  26 G. (Cuando más grande es el número, más pequeño es el tamaño del catéter)
Abbocat, medidas
Venas que se utilizan para la cateterización
Antebrazo:
Vena cefálica
Vena basílica
Vena radial
Vena cubital
Vena mediana lateral
Vena mediana medial
venas del brazo
Brazo:
Vena cefálica accesoria
Vena media
Vena mediana antebraquial
Venas del antebrazo
Mano:
Vena Radial
Vena cubital
Red venosa doral de la mano
Venas de la mano
Técnica de colocación:
Material
  • Lazo de goma
  • Antiséptico.
  • Guantes no estériles.
  • Algodón o gasa.
  • Apósito preferiblemente transparente.
  • Catéter venoso de calibre adecuado.
  • Llave de tres vías.
  • Jeringa con suero fisiológico.
Procedimiento:
Lo primero que haremos es informar al paciente de lo que vamos hacer.
Nos ponemos los guantes y colocamos el compresor (lazo de goma) en el brazo del paciente. Se recomienda empezar a valorar las venas más distales como las del dorso de la mano o el antebrazo, pero si nos encontramos en un servicio de Urgencias, empezaremos a valorar las que se encuentran en la flexura del codo o incluso en el brazo, con la intención de que la medicación que pongamos llegue antes al corazón (recomendado en emergencias cardiológicas).
Las venas las valoraremos por su calibre y recorrido, desecharemos las venas rotas previamente, las que están encalladas (se nombra así a las que por su uso previo, están duras a la palpación) y las que no estemos seguros de poder canalizar. Cuando hayamos elegido una, elegiremos el calibre del catéter que vamos a introducir.
Los catéteres venosos más pequeños tienen números pares más altos, siendo el número 26 el más fino y el 14 el más grueso. En adultos los números más utilizados son el 22, el 20 y el 18 y en niños usaremos del 22 al 26.
Antes de pinchar, tendremos en cuenta que el bisel de la aguja esté hacia arriba
– En el momento que pichemos y veamos que ya refluye sangre de la vena, aguantaremos la aguja con una mano y con la otra iremos empujando el catéter de plástico hasta su total introducción.
Retiraremos el compresor del brazo del paciente, pegaremos con una  tira de tela adhesiva para sujetar la vía, retiraremos la aguja y conectaremos la llave de tres vías  previamente salinizada.
Fijaremos el apósito transparente sobre la vía y pondremos las tiras de tela adhesiva que creamos conveniente, para asegurar la sujeción. (Si no se cuenta con apósito trasparente se utilizará una gasa estéril)
Finalmente, inyectaremos suero fisiológico de la jeringa previamente cargada, para salinizar la vía y mantenerla permeable.
Consejos
  • El uso de apósito transparente sirve para valorar el estado de punto de punción sin tener que manipular la vía. Así podremos evitar futuras complicaciones, como la aparición de flebitis.
  • Se recomienda curar y comprobar el perfecto funcionamiento de las vías cada 48 horas. La cura consistirá en limpiar la zona de punción con antiséptico y la colocación de un apósito limpio. Para comprobar el funcionamiento de la vía, pondremos un compresor al paciente unos centímetros por encima de donde se sitúa la vía. Con una jeringa extraeremos sangre para comprobar la permeabilidad, retiraremos el compresor e introduciremos suero para limpiar los restos de sangre y dejarla salinizada.
  • Si nos encontramos en un servicio de Urgencias o, si además de canalizar una vía a un paciente, tenemos que extraerle sangre, aprovecharemos la canalización de la vena para extraer los tubos de sangre que correspondan. Así evitaremos un pinchazo más.
  • Si al introducir el catéter por la vena vemos que nos muestra obstrucción, iremos introduciendo suero fisiológico a través de una jeringa, muy lentamente, mientras a la vez empujamos el catéter hasta su total introducción. Con la entrada de suero, conseguiremos una expansión de las paredes de la vena, facilitando que entre el catéter.
  • Evitaremos pinchar en miembros inferiores, con la intención de evitar una tromboflebitis, especialmente en las personas que tengan varices.
  • Una vez que la vía está canalizada y permanece salinizada, a la hora de administrar medicación IV, si nos muestra obstrucción, le realizaremos un lavado con suero fisiológico, introduciendo lentamente de 2 a 4 cc de suero mediante una jeringa.

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